Una de las formas más claras de reconocer el lavado de cerebro es mediante oír como las personas en esa condición alegan que no lo están.
El cuerpo gobernante convence a los testigos que todo lo que creen y practican lo hacen porque sus propias conciencias son lo que les mueve a hacerlo. Cada vez que el testigo dice que cree o practica algo porque su conciencia es la que le manda, se esta engañando a si mismo y está bajo el lavado cerebral de la propaganda religiosa del cuerpo gobernante.
Los testigos están convencidos de que creen lo que la Biblia dice, pero en realidad, lo único que están haciendo es obedecer la particular interpretación que el cuerpo gobernante hace del par de traducciones de la Biblia que han elegido como texto sagrado corporativo. Hay una gran diferencia entre éstas dos cosas.
A continuación una carta que he traducido desde el inglés y que muestra el profundo sentir de una madre testigo de Jehová referente a su hijo expulsado.
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“Querido hijo David.
Tú eres muy especial para mí y siempre has sido el amor de mi vida. Cuando eras pequeño, acostumbraba pensar que moriría y viviría por ti. Tú eres el mundo para mí y siempre te amaré mucho.
Debido a este amor por ti que siento, siempre he deseado que tengas la más feliz y segura vida que haya podido darte y a su vez también he tratado de criarte con las sólidas creencias por las que he vivido, con la esperanza de que también beneficien tu vida y que puedas vivir para siempre en el paraíso en la Tierra. Tú sabes muy bien esto.
Personalmente, siempre he creído en La Verdad así como esta presentada en la Biblia y siempre he sentido fuertemente la presencia de Jehová Dios y Jesús en mi vida, incluso desde que era una niña. Siempre he creído en las profecías de la Biblia y en que habrá un paraíso en la Tierra en el cual todos vivirán en paz y amor, sin guerra, enfermedad ni muerte y en el cual los muertos serán resucitados gracias a la justicia y equidad de Jehová. Siempre he vivido mi vida con todo esto en mira y por eso nunca he seguido un camino o buscado una carrera mundana o secular. Llegar a ser una Testigo de Jehová fue obviamente el paso a seguir para mí.
Debido a que hay algunas cosas que necesito decirte, he escrito esta carta sin coerción o influencia ajena alguna.
El estar en La Verdad nunca ha sido fácil y a pesar de todo lo que se ha dicho y hecho, sigo en ella porque creo en Jehová y en todo lo que él ha hecho y hará por nosotros.
La gente siempre te va a defraudar y tenemos que buscar la manera de mirar las cosas desde más arriba, viendo todo el cuadro. Así que decir que algunos que profesan ser cristianos viven de manera que les muestra como unos hipócritas no es una exageración. Pero también creo que mientras ellos se engañan a sí mismos y a otros, no pueden engañar a Jehová y ya sabemos que “es cosa horrenda caer en la manos del Dios vivo”.
Yo he escogido mi camino y mi forma de vida así que debo vivirla por los mandamientos y estatutos puestos en la Biblia por Jehová mismo. Uno de esos mandamientos ha sido la causa de gran estrés y dolor para mí y he estado aplazando el obedecerlo ya por mucho tiempo. Me doy cuenta de que hubiera conseguido beneficio espiritual si hubiera hecho las cosas de la manera de Jehová desde el comienzo y debo enfatizar que lo que voy a decirte no tiene la influencia de ninguna otra persona y que es puramente dirigido por mi conciencia y deseo de recuperar mi pacífica amistad con Dios. Nadie puede obligarme a hacer nada que no desee por mí misma.
Siendo esto singularmente lo más penoso que he tenido que hacer en toda mi vida, necesito avanzar hacia la meta de la vida eterna y para ello me arrepiento profundamente de que deba terminar nuestra relación mientras sigas expulsado.
Me he vaciado llorando debido a esta situación y me ha partido el alma, pero David, tu sabes muy bien que esto se debía haber tenido que manejar así desde el principio. Tú has elegido tu camino en la vida y te deseo lo mejor. Quiero que sepas que no solo mi amor estará siempre ahí para ti sino también el de Jehová, esperando con los brazos a que vuelvas.
Tu madre quien te ama, ahora y por siempre.”
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¿Podría esta madre haber llegado a esta conclusión religiosa por sí sola? ¿De donde ha aprendido esta madre a actuar y sentir así? ¿Qué rol ha tenido el cuerpo gobernante y sus publicaciones en la manera de pensar y sentir de esta madre? ¿A quién le corresponde pagar por todo el sufrimiento emocional de la madre?